miércoles, 22 de julio de 2015

Uno es lo ¿ideal?, dos son (buena/mala) compañía y tres o más puede ser un desastre

Buenos días amigos y amigas

Por el título del blog no os espereis nada de política, pactos o cosas más festivas esta semana. Me han hecho volver al día a día.

Hoy estaba tomándome el café con dos amigas emprendedoras y me han preguntado cuál es, según mi experiencia, la principal causa de fracaso de las nuevas empresas. Me lo he tenido que pensar porque antes de las 10.30 la neurona está rebelde y no me gusta contestar preguntas difíciles sin cobrar.

En mi opinión creo que el grupo de socios es la clave de cualquier negocio, ya sea nuevo o esté en funcionamiento desde el siglo pasado. Las empresas son las personas. Si el grupo promotor no se lleva bien, no comparte lo básico del negocio (misión, visión, valores), no tienen una forma de trabajar homogénea... Pues van camino de la perdición.

Tenemos en este país el falso paradigma del emprendedor genial y solitario que tiene éxito y se forra. Es la cultura del pelotazo adaptada al emprendimiento. Es falso ya que directa o indirectamente necesitarás personas con las que desarrollar tu start-up. En sectores como el tecnológico es imprescindible que exista un equipo humano que sean los lanzadores de la idea. Hay una regla universal: mientras más personas comparten una habitación más crecen las posibilidades de conflicto. También en algunos medios venden la creación de una empresa como una amable excursión al campo que puedes hacer con tus colegas, lo que no te dicen es que una excursión mal organizada puede acabar en un hospital. Es un viaje para el que hay que prepararse y tener claro que te apetece hacerlo con ese grupo.


Yo he visto, veo y veré caer proyectos y empresas. Y en su mayoría, en el fondo, ves como subyacen los conflictos humanos. Ejemplos: empresas familiares donde se monta un incendio porque hay que despedir al cuñado, divorcio de los socios, diferentes niveles de implicación de los socios por sus circunstancias personales y profesionales, falta de habilidad en la resolución de problemas de grupo, incapacidad para trabajar en equipo... mejor no sigo.

El saber que esto ocurre permite poner remedio. Creo firmemente que un grupo se cohesiona a través de unos valores comunes y unos objetivos comunes. Teniendo esto claro el resto es andar el camino. Además el grupo te da seguridad, refuerza las conductas positivas y permite acumular conocimiento.

¿Y tú? ¿Prefieres estar solo, en buena compañía o rodeado de leones?
Ya me dices.



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